lunes, 25 de abril de 2011

DE DICEN... A INERCIA




















Con el objetivo de integrar todas mis reflexiones y pensamientos, DICEN... se integra a partir de ahora en el blog INERCIA. Espero que disfruten.

Pueden seguirme también en Twitter @mcroblesza

lunes, 18 de abril de 2011

COMPRO (SEGUNDA PARTE)





LA SEDUCCIÓN


Tengo una lista de tendencias-conceptos-sectores que posiblemente me equivoque, pero existe muchos números que triunfen, no todas obviamente, existen escenarios inciertos y muy condicionados por el entorno. Algunos de los que he denominado 30 List, son extremadamente obvios en su capa inicial: la nanotecnología, los videojuegos, la industria 3D, Wellness, Futbol, Brasil, Eco-world, Social Media, telefonía móvil, etc… así hasta treinta que componen mi lista. En estos, la clave estará en superar la primera capa y rascar un poco más para detectar las verdaderas oportunidades, que puedo garantizar que existen.

En 30 List, como se imaginarán y como continuación del anterior post, existe uno por el que haría una apuesta fuerte: la geolocalización. Y otro todavía más fuerte: la realidad aumentada.


Centrémonos inicialmente en el primero, el segundo formará parte del siguiente post. Actualmente en el mundo están accediendo como usuarios habituales a servicios de geolocalización cerca de 500 millones de personas. Considero que el boom de la telefonía móvil, será un factor que ayudará a que esta cifra se triplique en los próximos cinco años. Cuando hablo de geolocalización, lo digo como término que hace referencia a conocer nuestra ubicación geográfica automáticamente. No nos engañemos, la geolocalización es un medio, es una tecnología, no el fin, de aquí que ya empieza a estar extendido el concepto de geomarketing, que como se pueden imaginar no es otra cosa que el marketing unido a la ubicación exacta de dónde estamos. Estimamos que la geolocalización favorecerá la aparición de un nuevo y gran catálogo de servicios y oportunidades de marketing mucho más focalizadas y por tanto, efectivas. Foursquares y Facebook Places ya están posicionándose.












Si además, unimos la geolocalización con la realidad aumentada, que dará toda clase de información sobre el mundo que nos rodea en tiempo real, nos encontramos en el escenario idóneo para disparar la imaginación. Ya estamos muy cerca y nunca mejor dicho. Básicamente buscamos descubrir qué tenemos cerca, y dependiendo de dicho escenario, decidimos si compramos. Me fascina tanto la promesa como la actual realidad palpable. Quiero saber qué tengo cerca que me interese, pero primero que me llene, que me genere curiosidad-necesidad y ‘te daré’ aceptación. Quiero que me convenzan, y decidir qué hacer. Esto ya es una realidad, y lo verán muy claro en el siguiente post, la tercera y última entrega de COMPRO, pero de momento vayan tomando nota de lo que afirma José Antonio Muñoz, presidente de la Asociación de Marketing Movil: “mucha gente, sobre todo en EE.UU., ha adoptado costumbre de antes de salir de compras, comprobar si hay descuentos cerca.”

Nuestros hábitos de compra hace tiempo que han cambiado. Desde el inicio del comercio electrónico, nuestros hábitos de compra han cambiado, obviamente, no para todos los productos. Empezamos a finales de los noventa siendo sensibles para comprar a través de Internet objetos que denomino de ‘no-riesgo’: libros, CDs, películas, etc… después fuimos subiendo el listón con aspectos un poco más mayores (eBay), apostamos incluso por prorrogar extensiones de búsqueda (ya no nos conformábamos con buscar el mejor precio entre por ejemplo, seguros de coches, sino que acabamos adquiriéndolo en la red) hasta llegar a realizar ciertas compras de envergadura. En este periodo, estos quince años de crecimiento, han servido para perder el miedo a la compra on-line, y aunque la banca todavía tiene un gran reto en cuanto a garantizar ciertas operaciones, o a innovar en dicha línea, el camino recorrido permite tener un escenario esperanzador.


Ahora nos encontramos con otra revolución donde la tarea difícil no se encuentra en la tecnología, que ya existe, sino en la divulgación, que es crítica. Queremos creer que hace tiempo que el teléfono móvil ha dejado de servir exclusivamente para realizar y recibir llamadas o enviar/recibir sms. Posiblemente hayamos avanzado en que el móvil también sirva para escuchar música o todo hay que decidir, gracias a Blackberry inicialmente, en que también sea utilizado de forma extendida para leer y enviar correos electrónicos. Pero de aquí a que sea una herramienta potente que nos acompañe en nuestras vidas y que tengamos una ‘absoluta dependencia de movilidad’ más allá de las llamadas, considero que todavía queda un largo recorrido para llegar a generar killer applications. Ni el estruendo movimiento iphone, ni que las redes sociales estén en boga, ni el amplio abanico de más de 300.000 Apps están acelerando el paso al ritmo que nos gustaría –soy el primero que me incluyo en este decepción-. Un ejemplo de esta afirmación la tenemos en un reciente análisis de usabilidad que ha terminado confirmando lo que sospechábamos: cada vez somos menos exigentes al descargar apps y apenas reparamos en ellas una vez en nuestro dispositivo. Según la firma Localytics se estima que un 26% de las aplicaciones descargadas son abiertas una sola vez.


Esta lenta evolución no nos debe impedir ver el horizonte y las posibilidades de combinar inicialmente la Realidad Aumentada con la geolocalización, al contrario, la madurez que necesitan vendrá dado por el lento crecimiento.

A este sugerente cocktail de la combinación de Geolocalización y Realidad Aumentada, creo que todavía le falta un ingrediente con el objetivo de que tenga un sabor intenso, explosivo, característico y diferencial. Ese ingrediente se llama compra colectiva online.


Traje a medida tejido Loro Piana por 99€, Masaje a elegir por 19€, Menú mediterráneo para 2 a 36€, Curso de inglés online al 92%, Tu reportaje de boda low-cost, cocina de autor por 25€, 10kg de Naranjas por 5€, Collar Swarovski por 49,9€ y así un largo etcétera de ofertas. Esta es la realidad y algunos ejemplos de la compra colectiva. La creciente confianza del público en Internet como medio de compra, la viralidad de las redes sociales, junto con la necesidad de ahorro en los momentos de crisis actual son los factores que han impulsado a los usuarios de la red a decantarse por esta nueva forma de comprar. El poder de ahorro que tiene la compra en grupo hace posible que el ocio deje de ser, en tiempos de crisis, un artículo de lujo, haciéndolo apto para todos los bolsillos.

Muchas compañías se han lanzado en la carrera por posicionarse en dicho concepto, incluso Google está preparando el lanzamiento de Google Offers, después de que Groupon rechazara ser comprada por 6 billones de dólares. Esta última compañía, empresa con su sede central en Chicago ofrece descuentos y ofertas diarias de negocios locales a 300 millones de usuarios repartidos en 500 mercados de 30 países. Otro dato de esta compañía: Groupon ha sido considerada por la revista FastCompany como la quinta empresa más innovadora del mundo.














Groupon, Letsbonus, Groupalia, Ooferton, Colectivia, etc.. Empieza a existir una cierta abundancia de compañías compitiendo. Desgraciadamente todas son reincidentes, hacen prácticamente lo mismo, a pesar de que la demanda va en aumento y el cliente empieza a necesitar precisión y personalización (ver Simplificador). Algunos están buscando especializarse, tanto en ofertas de productos tecnológicos, productos gourmets, o mirando de premiar de una forma más gratificante a la persona que recomienda.

La compra colectiva supone un método comercial que beneficia a todas las partes. Para el comerciante, permite obtener la garantía de un nivel mínimo de ventas. Por su parte el consumidor obtiene un considerable descuento en el precio. Nos encontramos ante un modelo de negocio con buenas perspectivas a largo plazo y que amplía el periodo de rebajas para el comprador durante todo el año.

Las ventas sociales son el presente, no el futuro. Groupon ha visto subir su ticket medio un 50% cuando las ventas son sociales. El desencadenante es que alguien me prescriba un producto.














Como dice la directora comercial de Facebook, te fías mucho más de tu madre o de tu amigo de la infancia que de cualquier celebrity o de la marca. Por eso la red social nos ayuda tanto: porque vemos al instante lo que nuestras personas de confianza nos recomiendan sobre un producto. Así que no descarten que en el futuro (¿futuro? He dicho futuro, quería decir ‘mañana’) en lugar de ir de tiendas por el centro de una gran capital, naveguemos por Facebook en busca de los mejores productos. Si nos dan mejores precios y debemos comprar al instante para no perder esa oferta ¿por qué no?.

  Veamos unos primeros ejemplos. Facebook lanzó a primeros de año en España un servicio que permite acceder a descuentos y ofertas de diferentes tiendas, marcas y empresas. Las primeras compañías que han apostado por esta forma de promocionar sus establecimientos son El Corte Inglés, BBVA, Starbucks, Sol Meliá, FC Barcelona y Clinique.

Este servicio lleva activo en Estados Unidos desde el pasado mes de noviembre, pero no ha sido hasta ahora cuando la compañía de Zuckerberg ha querido llevarlo a otros lugares. Italia, Alemania, Francia y Reino Unido completan la lista de sitios donde Ofertas podrá estar accesible desde cualquier smartphone.

Las diferentes firmas suscritas a este servicio intentarán captar clientela de una manera diferente. Por ejemplo, el BBVA donaba un euro a Haití cada vez que un consumidor declare que se encuentra en una oficina o un cajero de su red, Starbucks darán un café a quienes empleen la promoción.















Estamos en las puertas de que el denominado consumidor 3.0 (creo que el 2.0 ya es del pasado) exigirá algo más que buscar replicar modelos tradicionales de venta y publicidad convencional llevados a la red. El uso social de Internet hará que se redefinan las reglas en la relación cliente-proveedor y de cómo compramos, y aquí las redes sociales están incidiendo espectacularmente, y por este motivo, debemos pensar que no se puede comprar a un fan. Se le seduce, se le cautiva, se le intriga, se le atiende, SE LE MIMA. No se le interrumpe la película. Terminará comprando sin que haga falta venderle. El consumidor se ha vuelto social, pero las empresas nos siguen tratando como targets publicitarios –en un anuncio de un banner hace clic un 0,09%. En los de Facebook, hasta 30 veces más- La revolución 2.0 es imparable, y eso no lo va a solucionar fácilmente un blog o una página en Facebook. Vivimos en la economía de la atención (repito, ¿Conoce las diez necesidades básicas de sus clientes? Y las que tendrá mañana?). Un amigo capta mejor nuestra atención que un triste anuncio. Debemos trabajar para convertir a nuestros clientes en fans. ¿Qué considera que tiene Apple, clientes o fans?


La compra siempre ha estado muy unida a la seducción y diría que ahora más que nunca.

Ahora se trata de agitar el cocktail comentado, dejarlo reposar y ver su resultado: TERCERA ENTREGA: LA REPERCUSIÓN. MIÉRCOLES 20.04.2011


domingo, 6 de marzo de 2011

SIMPLIFICADOR



En mi anterior post, titulado 2030, comentaba el pronóstico que nos suscitaba Ray Kurzweil y su visión del transhumanismo. Si nos paramos en este mismo año, en el 2030, La Association of Professional Futurists realizó un estudio para observar cuáles serían las profesiones más demandadas y con mayor futuro (ya saben, para aquellos que tengan menos de 48 años vayan tomando nota). La Association of Professional Futurists es un grupo conformado por 20.000 profesionales de todo el mundo, siendo la mayoría de ellos especialistas en alguna disciplina científica o técnica. Esta asociación trabaja conjuntamente para detectar tendencias mundiales del futuro.


Justamente, el resultado del estudio realizado por Fast Future corresponde a la elección de 486 miembros de la mencionada APF, quienes respondiendo a una votación eligieron 20 nuevas profesiones que actualmente no existen, y que serían las más demandadas del futuro.

Para dicho resultado se han tenido en cuenta previsiones demográficas y climáticas para 2030; un aumento de 8.300 millones de personas en el mundo; una demanda de alimentos en aumento; una crecida del 30% de la demanda del agua; un mundo liderado por China e India; televisión 3D y tecnología cada vez más presentes en nuestras vidas, etc.


La previsión no sólo se centró en el 2030, también se hizo para el 2020 y 2015. A continuación detallo los resultados, ruego no pierdan detalle, algunas no tienen desperdicio:


NUEVAS PROFESIONES DEMANDADAS EN EL 2030


  • Cirujano de aumento de memoria: medicina, ingeniería informática, biomedicina, biotecnología

  • Ejecutor de cuarentenas: medicina, biomedicina, epidemiología

NUEVAS PROFESIONES DEMANDADAS EN EL 2015



  • Pharmer (mezcla de granjero y farmacéutico): ingeniería agrónoma, farmacia, ingeniería genética

  • Experto en ética científica: filosofía, toda clase de carreras científicas

  • Pilotos, arquitectos y guías turísticos… espaciales: arquitectura, ingeniería aeronáutica, turismo

  • Granjero vertical: ingeniería agrónoma

  • Especialista en reversión del cambio climático: ingeniería medioambiental

  • Profesor virtual: ciencias de la educación

  • Organizador virtual: biblioteconomía y documentación, administración de empresas

  • Ayudante de networking en redes sociales: educación social, trabajo social, relaciones públicas


En otra investigación, en este caso de la Universidad de Oxford, a través de la School of Social Sciences y con la visión puesta de una forma más cortoplacista, nos muestran, diferenciando por categorías, algunas actividades profesionales que pueden definir las nuevas vacantes en un futuro inmediato:


PROFESIONES DE NEGOCIOS Y RECURSOS HUMANOS



- Broker del talento: Administrará y venderá talento. Este profesional identificará las capacidades adquiridas por los trabajadores y las comercializará en organizaciones a escala global.


- Collective Intelligence Office: Será responsable de gestionar el conocimiento de la organización, y el encargado de potenciar y maximizar al capital humano y sus competencias.


- Gerente de Bienestar: Será un directivo especializado en proveer e implementar planes de beneficios para mejorar la salud laboral y el equilibrio de trabajo/vida personal de los miembros de una organización.


- Agility Consultant: Será un consultor de simplicidad y agilidad en los negocios. Ayudará a las organizaciones a racionalizar los procesos, la tecnología, sus estrategias y las herramientas de marketing.


PROFESIONALES DE ECOLOGÍA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL


- Sustainability Manager: Será el director encargado de velar por las buenas prácticas de la compañía en relación al cuidado del medioambiente y los vínculos con gobiernos y comunidades.

- Recicladores Ambientales: La necesidad de preservar recursos naturales impulsará la aparición de nuevos especialistas del reciclado. Éstos se encargarán de reconvertir los residuos tóxicos en materias primas para la producción o en nuevas fuentes de energía no contaminantes.

- Data Ecologist: Brindará datos a organizaciones públicas y privadas sobre la evolución de indicadores ecológicos y ambientales.


PROFESIONES MÉDICAS Y CIENTÍFICAS


- Bioinformático: Será un especialista en biotecnología e informática que trabajará en el desarrollo de tratamientos médicos.

- Geomicrobiólogo: Tendrá formación en geología, ciencias ambientales y microbiología, para trabajar en la creación de microorganismos que ayuden en las técnicas médicas del futuro y en la eliminación de la polución.

- Nanomédico: Serán médicos con formación en nanotecnología, para el desarrollo y operación de dispositivos para el cuidado de la salud.



AGRONEGOCIOS


- Productor de alimentos orgánicos: Empresario y agricultor que dominará tanto las técnicas genéticas como las comerciales. Este perfil surgirá por la alta demanda de productos ecológicos.

- Tecnoagricultores: Utilizarán robots para el sembrado, el tratamiento químico y la recolección de los cultivos. Emplearán equipos de riego inteligente que adecuarán la humedad a las necesidades de los vegetales y dispondrán de computadoras conectadas a grandes redes de información agrícola.

- Acuicultores: Manejarán "plantaciones sumergidas", donde cultivarán y criarán distintas especies de animales y vegetales para el consumo. Serán especialistas en biología marina y genética. Actualmente, ya trabajan con moluscos y algas en recintos controlados.



PROFESIONES DE TECNOLOGÍA Y ENTRETENIMIENTOS


- Diseñador de videojuegos: Los videojuegos ya son una de las industrias más poderosas del mundo del entretenimiento, con ventas por 10.000 millones de dólares anuales sólo en los Estados Unidos. Y esta tendencia seguirá firme, creando miles de empleos de diseñadores.

- Conectadores: Serán especialistas en empalmar fibras ópticas.

- Telecomunicólogos: Serán los especialistas que gestionarán la interconexión masiva de computadoras y sistemas electrónicos a través de redes de telecomunicaciones como Internet. En esta profesión habrá tanto técnicos como creativos.

- Holografistas: Especialistas en la creación de animaciones y espectáculos mediante la holografía, que permite crear objetos y escenarios tridimensionales, gracias a la técnica del láser.


Contemplando este gran abanico de posibilidades derivadas de las dos investigaciones, y que creo que la posible opinión generalizada merece un post dedicado a ello, me gustaría centrarme parcialmente en una, en la denominada Agility Consultant. Su description job, “será un consultor de simplicidad y agilidad en los negocios. Ayudará a las organizaciones a racionalizar los procesos, la tecnología, sus estrategias y las herramientas de marketing,” me recuerda a la profesión mencionada por el gurú Tom Peters en su libro The Little Big Things, JOS: Jefe Oficial de Simplificación.



Permitiéndome hacer una versión de este último, y por no centrarlo exclusivamente en el ámbito de las organizaciones, lo acabaría denominando como la profesión de Simplicador, interpretándola como una profesión de futuro de absoluta inmediatez.



El Simplificador



Como su nombre dice, su labor es hacer las cosas más simples, no confundir con realizar las cosas simples o que por el contrario, requieren sentido común. ¿Qué entiendo como simplificador? Aquel que precisamente tendrá la función de ‘simplificar la información’ que recibamos y nos ayude a decidir. Aquel que se dedique más allá de los anhelos de la tecnología a filtrar qué información es relevante para nosotros, que nos ayuda en el ‘qué leer para decidir o para disfrutar’. Aquel que conociendo nuestras inquietudes o retos, nos sintetizará la información, y no me estoy refiriendo a que realice dicha información para las empresas, me refiero a título consumidor final – ¿como freelance tal vez?- y que sirva para nuestro desarrollo profesional o personal. Será aquel que cada día buscará cual sería la información que necesitemos, y es que, ante el mercado actual de la sobreabundancia de información, no dispondremos ni del tiempo, ni de los recursos suficientes para tener la información adecuada en el momento adecuado. Estamos hablando de documentalistas transformados con una vocación y orientación personal. Estaríamos hablando de un Information Shopper –por seguir el hilo del Personal Shopper, que observo que no entra en los planes ni de La Association of Professional Futurists, ni de la Universidad de Oxford-.

La reflexión de esta nueva figura viene derivada de que hoy en día nos deberíamos hacer la pregunta de si disponemos de demasiada información. Bueno, más que pregunta es una realidad. El círculo vicioso de la superabundancia de la información está haciendo que corramos el riesgo de acabar perdidos como niños pequeños en el parque de atracciones de la información, donde cada vez más gente está más conectada a más contenidos y les resulta más difícil lidiar con ellos.

Según una encuesta fiable, el 28 por ciento de cada día de trabajo se pierde debido a exceso de información. Pero aún más profunda que esa es la sensación de que toda la información del mundo no puede ayudarnos a encontrar sentido a la propia información. Tenemos más y más formas de comunicarnos, al parecer, y cada vez menos que decir.

Frente este exceso de información, el proceso de informarse cada vez irá tomando más relevancia, así como la necesidad por desarrollar algunos instrumentos que nos permitan informarnos mejor. Con exceso o no, la pregunta recae en si efectivamente somos nosotros los que no somos capaces de manejar toda la información que nos llega. La inercia de leer la información, pero no de interpretarla. Nos hemos convertido en mercenarios del leer, pero difícilmente de razonar la lectura que hacemos, estamos volviendo a nuestra infancia, donde sí leíamos pero no razonábamos. Como decía en mi post de Entretenme, estamos convirtiéndonos en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información.

Según Pico Yer, ensayista y novelista británico, “nadie puede negar que la tecnología ha expandido infinitamente nuestras posibilidades. Pero cada vez más gente se está preguntando por qué estas herramientas de conexión nos están dejando tan agotados, desconectados y solos. Sólo alejándonos de nuestras máquinas, después de todo, podremos empezar a ver cómo hacer mejor uso de ellas. La tecnología nos ha dado el mundo; a nosotros corresponde ver lo que podemos aportar y aportaremos a la tecnología”.

Este agotamiento, viene condicionado también por la ansiedad que nos genera la imperiosa necesidad de estar informado, de estar al día, empezándose a producir los primeros casos de trastornos psicológicos. Y es que por ejemplo, Facebook y Twitter provocan estrés, según los británicos. Una encuesta realizada a 2.243 personas por la consultora The Foundation, durante el pasado mes de enero, en la que el 43% de los encuestados considera que las redes sociales “hacen perder el tiempo” y el 56% declara que son “irritantes”.

Y es que la información ya nos viene de muchas formas y miles y miles de fuentes: estructurada, como podrían ser los artículos, capítulos de libros, columnas de periódicos, etc… y desestructurada, a través de Twitter, Facebook y otras redes sociales o emails.

¿Demasiada información?

En un estudio realizado en Berkeley en el 2005, quizá considerado el primer estudio serio y riguroso que intentó llegar a una cifra sobre la cantidad de información que se produce anualmente en el mundo, se llegó a esta cantidad 2 hexabytes por año, 2 x 1018 por año; esta cantidad se produce en cualquier formato, es decir, aquí están incluidas las películas, los vídeos, los papeles que se hacen en las oficinas; están incluidos los libros, todo lo que representan contenidos realizados por una persona o por una máquina, por ejemplo aquí también están incluidos los datos recogidos por satélites meteorológicos, etc. Puede parecer que es poco, pero es una cantidad extraordinaria. 2 hexabytes al año es una cantidad impresionante, si la comparamos con los átomos que hay en el universo podríamos darnos cuenta de que estamos ante una cantidad muy importante.

Por tanto tenemos un punto de partida y tenemos una sociedad que está generando una cantidad de información como nunca había generado. Un ciudadano norteamericano tenía en los años 60, acceso a unas 18 estaciones de radio, 4 canales de televisión, 4.500 títulos de revistas. En el otro lado, en el 2005 –imagínense ahora, seis años después- el equivalente, 18.000 títulos de revistas, 20 millones de sitios en Internet, 2.400 millones de estaciones de radio en Internet.

La nueva interpretación del poder de la elección

Pero, ¿verdaderamente la información es poder? Siempre lo ha sido y siempre lo será, pero no tanto el tenerla, sino como he mencionado, el saberla utilizar.

La información es fuente de poder para el individuo, el propio Internet ha desarrollado la capacidad del consumidor para elegir por sí mismo entre múltiples opciones. Desde tiempos antiguos, tener la información justa en el momento oportuno ha significado ‘poder’ y solamente las personas o grupos de personas (nobles, iglesia, y más adelante, empresarios, gobiernos) que se podían permitir financiar ese intercambio de información disfrutaron de ese privilegio.

Es solamente a partir del final del siglo XIX, principios del XX, con la democratización de los medios de comunicación, como las cartas, el telégrafo, y el teléfono, que se fueron armonizando las infraestructuras que dieron lugar a una educación uniforme y global, y a un mejor movimiento de las mercancías y personas.

También el nivel de educación medio fue subiendo a lo largo de los siglos, permitiendo a la sociedad crecer en el plano económico, pero también en ‘agilidad intelectual’.

En esos últimos años, con el nacimiento de Internet, hemos visto disminuir drásticamente el periodo de latencia de la información (el tiempo que transcurre entre la necesidad expresada y su ‘realización’), permitiéndonos alcanzar nuevos niveles de capacidad individual.

En paralelo, hemos notado en las sociedades que más utilizan esas tecnologías, que las estructuras basadas en información privilegiada fueron perdiendo poder, en beneficio del individuo que, educándose con la información liberada, tenía a su alcance medios o servicios que anteriormente le hubieran costado mucho más, tanto en términos financieros como de oportunidad.

Debido a la mayor circulación de la información y a su disponibilidad inmediata, sumada a la educación global de la sociedad, experimentamos en estos años la última evolución de este modelo: una mayor libertad del individuo para tomar decisiones con responsabilidad que le permite expresar su diferencia a través de sus elecciones racionalizadas por la información oportuna.

Pero, esta libertad en la elección, ¿qué consecuencias e inconvenientes está generando?

Pongamos un ejemplo. A diferencia de hace unos quince años, ahora podemos decir que estamos en mercado saturado. Según una estimación, la cantidad de los diferentes tipos de productos y servicios disponibles que hoy se pueden adquirir en el mercado internacional asciende a unos 1010 artículos, lo que supone aproximadamente unos diez billones de productos diferentes que se pueden comprar, de antibióticos a objetivos fotográficos, pasando por servicios de contabilidad y lecturas del horóscopo.

Por lo tanto, la denominada democratización de la información y la posibilidad de que el individuo tenga la oportunidad de hacer sus propias elecciones a la hora de comprar, por ejemplo unas gafas, es cierto, pero el grado de complejidad y de que esté realizando la elección correcta en un tiempo relativamente óptimo no tanto. Estamos hablando de que los motores de búsqueda especializados de Internet, no pueden actualmente llegar a la cobertura de todos los productos de una misma categoría, interpretando así, que el beneficio teórico del poder de decidir, se sustentaría si lo hiciéramos en un tiempo record, aspecto que no es así. La verdadera subversión del consumo consiste en pensarse bien cada compra.

Siguiendo con el ejemplo de las gafas, inicialmente podríamos pensar que gracias a su esfuerzo de documentarse sobre el tema y al tiempo dedicado a la selección, el individuo disminuye en su propio beneficio el importe pagado para un mismo producto/servicio (en este caso, dos veces menos que en una óptica), pero ¿y el coste de oportunidad utilizado?, me refiero que si hemos invertido dos horas y media en la elección de las gafas, que implica la elección de la montura, así como de las diferentes opciones de sus lentes, y teniendo la suerte de disponer a nuestra disposición de una información relativamente adecuada, ¿qué más podríamos haber realizado en dicho periodo de tiempo? En este caso, ¿Cuánto tiempo nos hubiera supuesto realizarlo en una óptica aún sin tener el modelo idóneo y que se ajusta cien por cien a la montura deseada? Cuarenta minutos tal vez. ¿Y el coste? Un 20% más caro, posiblemente.

De aquí y de este ejemplo, que otra de las funciones del Information Shopper o Simplificador, sea la de aquel que haría que nuestra elección y selección de compra sea más fácil. Según y conociendo nuestros patrones de gustos, que fuera una persona que nos enviara las tres opciones más idóneas de gafas –como el que dice viajes, entradas, ropa, experiencias, cambio de coche, etc…, comportando para nosotros una decisión de 5 minutos máximo, y un coste relativamente económico. Toda aquella elección que nos supusiera más de 2 minutos debería ser subcontratada al Information Shopper o Simplifier.

Creo que a estas alturas deberíamos empezar a tomar conciencia de ello, de que esta borrachera de información es el impacto abrumador de lo evidente.


“Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día,” Richard Whately (1787-1863) Arzobispo anglicano y educador británico.

miércoles, 16 de febrero de 2011



El ocio, ya no es el ocio que hemos entendido, interpretado y conocido hasta hace unos años. Se está reinventando y transformando. Sí, es cierto, continuamos pensando en que es una necesidad humana y su satisfacción constituye un requisito indispensable de la calidad de nuestras vidas, pero eso no lo hace inmune a ser transformado.

Si nos pronuncian la palabra, siempre la asociaremos a deportes, espectáculos, turismo, cultura, vivir experiencias, etc… posiblemente estas categorías no estén cambiando del todo –o posiblemente sí, por ejemplo el cine-, pero sí como interactuamos con ellas. ¿Qué será de ellas en los próximos años? ¿Cómo se reconvertirán? ¿Qué inercia viviremos? ¿Qué entenderemos por ocio? Parte de nuestra interpretación de qué entendemos por ocio me gustaría tratarlo en otro post. Ahora, me gustaría centrarme en cómo estamos reinterpretando el denominado ocio digital, por qué creemos que no nos afectará –a corto plazo- y cómo con las cifras y conclusiones que ofreceré espero que cambien de opinión. Posiblemente me haya extendido más de lo normal, pero le recomiendo que a pesar de la ‘pesadez’ del texto, lo lean, ya no por el bien de ustedes, sino del de sus hijos como uno de los principales consumidores.

El ocio nunca ha estado tan al alcance de nuestras manos. La era digital ha difuminado las fronteras espaciales y temporales, permitiéndonos pasar del trabajo al ocio en un solo clic de ratón. Posiblemente, estemos hablando del sector donde más se esté innovando actualmente, donde después de cada año, lo que se ha creado, deja de carecer de sentido y se vuelva obsoleto. Con las nuevas tecnologías, el ocio no está asociado exclusivamente a un instante de nuestro día a día, lo llevamos inyectado en nuestras venas.

Los propios videojuegos ya son un componente de ocio generalizado. Los videojuegos quieren convertir el hogar en un centro de entretenimiento multitarea. Como bien hemos descubierto con la Wii, los videojuegos ya no son cosa –exclusivamente- de niños. El éxito de la Wii reside tanto en su carácter interactivo como en la oportunidad de diversión grupal e intergeneracional, pero esto es sólo el inicio de una gran revolución. La Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento, ha preguntado a los ‘jugones’ españoles cómo será el videojuego del futuro: el 90% cree que jugar será una actividad común para todas las edades, y el 80% prevé que los juegos tendrán un fuerte componente social. Alineado con esto, el mercado del entretenimiento móvil evoluciona continuamente para satisfacer las necesidades de los usuarios, hasta el punto que por ejemplo los últimos datos indican que el 40% de los videojuegos en Europa usan sus móviles para jugar.

En este sentido, en estos días se está celebrando en Barcelona el Mobile World Congress, o lo que es lo mismo, 55.000 personas de 200 nacionalidades pensando, buscando y analizando alrededor de lo que algunos entienden como móvil. Y digo algunos, porque el teléfono móvil ha dejado de tener su sentido original: realizar y recibir llamadas. Muestra de ello lo tenemos en el propio iPhone de Apple, donde las llamadas son lo de menos. La prueba también la encontramos en el estudio realizado por Nielsen, donde pone de manifiesto que el 21% de los jóvenes españoles de entre 15 a 24 años acceden habitualmente a Internet desde su teléfono móvil –que se preparen los padres para aquellos que no se han emancipado-, lo que les sitúa por detrás de los jóvenes chinos (73%), estadounidenses (48%) y británicos, rusos e italianos.

Más datos sobre la telefonía móvil: por cada 100 habitantes, existen 120 móviles. La semana pasada la venta de smartphones (teléfonos inteligentes) ya superó la de los ordenadores personales. ABI Research pronostica que el negocio de accesorios de telefonía móvil moverá 50.000 millones de dólares en 2015 (si lo paramos a mirar tampoco es tanto comparado con el patrimonio de la familia del ex presidente egipcio Hosni Mubarak, que según la ABC que podría estar entre los 29.000 y 51.000 millones de euros-)

Continuando al hilo de la revolución de los videojuegos, el propio Mobile World Congress ha dado mayor protagonismo estos días a la telefonía móvil 3D (claramente orientada a jugar) y al modelo de PlayStation Phone, un híbrido entre consola portátil de videojuegos y teléfono móvil.


Por lo tanto, dos conclusiones iniciales que podríamos extraer de esta primera lectura:

- La primera en forma de consejo, abra una tienda de telefonía móvil (¿ha visto alguna que esté vacía? Yo no, y deduzco que usted tampoco.)
- La segunda, y fuera bromas. Deberemos seguir muy de cerca a lo que hasta ahora conocíamos como ‘videojuegos’ –ya están más cerca de la experimentación, sensación, emoción, superación y colaboración que de otra cosa-.

Sin llegar a pensar que nuestra vida se llegará a convertir en el anuncio del procesador de segunda generación de Intel –recomiendo su rápida visión-, si estamos muy lejos de aquel ordenador Spectrum o el joystick. Ahora estamos hablando de que la industria del videojuego mueve 48.000 millones de euros anuales, que comparado con los 8.000 de la industria del cine nos hacen ver la dimensión y el futuro que viene. J.G. Ballard ya lo decía, “el futuro que me interesa son los próximos cinco minutos”, y a ellos son a los que tenemos que atender. Según DEV, la organización española que aglutina a las empresas creadoras de videojuegos, el consumo de este tipo de ocio en 2009 supuso el 53% del mercado de entretenimiento audiovisual, por encima de la taquilla de cine (29%), el DVD (10%) y la música (8%).


Obviamente, la afirmación de que el Ocio se está reinventando, no la podemos centrar exclusivamente en los videojuegos, pero lo que sí es cierto es que el consumidor buscará soluciones para entretenerse en todo momento y en cualquier lugar, desde el rato de espera del autobús hasta los momentos de ocio en casa, y no es que lo digo yo, sino la Fundación Creafutur después de entrevistar a 7.000 personas y expertos.


Nuestra propia manera de entretenernos con el televisor ha cambiado y cambiará aún más. Podríamos decir que otra tecnología ganará terreno al televisor. Los ordenadores, y en especial los móviles y dispositivos como tabletas y pantallas táctiles tipo iPad, serán una forma muy extendida de ver la tele, algunos dicen que mayoritaria. Por tanto, ver televisión será un hábito cada vez menos vinculado al salón y más a la parada del autobús o al parque.

Muy lejos queda la imagen de los quince hermanos viendo en la ventana del vecino su programa favorito en la película La gran familia de Fernando Palacios. Cada vez estamos más cerca de tener una visión personalizada de la televisión, cada uno verá lo que quiera y a la hora que quiera. Ver la tele pasará a ser un hábito menos familiar y más individual.

La banda ancha actual nos permitirá en el televisor –o mejor dicho, ya nos permite- ver y seleccionar a la carta nuestras series favoritas, realizar las búsquedas correspondientes en google, ver vídeos de YouTube, chatear, interactuar a través de las redes sociales, recomendar una serie, etc… Sony y Google ya se han puesto en ello. La publicidad nunca tendrá mayor sentido ya que podrá ser detectado el comportamiento de telespectador, por lo tanto, según sus búsquedas, compras de programas, etc... podremos hablar de una verdadera publicidad personalizada. Sin perder el hilo de la televisión, y como comentaba Félix Badia, subdirector de ES, el suplemento de La Vanguardia, “la televisión convencional, gratuita y masiva, pasará a tener un papel secundario, prácticamente limitado a las transmisiones en directo de grandes acontecimientos, mientras que otros canales de distribución de contenidos, como internet, ganarán importancia.”


Unido a este último punto y en otro estudio de la Fundación CreaFutur, donde se ofrece una perspectiva de cómo será el joven consumidor del periodo 2015-2020, se deduce que los jóvenes del futuro pasarán la mayor parte de su tiempo en casa y se relacionarán a través de las redes sociales. Por lo tanto, podemos denominar que otro tipo emergente de Ocio se llamará ‘Conseguir amigos’. Posiblemente, ya podemos asignar ocio a la palabra Facebook, o a la inversa. Estamos hablando de un ocio orientado a la búsqueda de nuevos amigos entre sus iguales que llevará al desarrollo de guetos que mantengan sus gustos autóctonos, la integración en los espacios y ofertas de ocio comunitarias.


Ante este abismo de datos, cifras, proyecciones de futuro y fuentes de optimismo para algunos, frente a esta revolución digital que nos viene encima ¿Qué consecuencias se están generando? ¿Dónde nos llevará este éxtasis de ocio?


Bueno, diría que llegados a este punto podríamos hacer tres reflexiones:


En primer lugar, podríamos decir que hasta aquí somos ‘geniales’, tenemos la tecnología y los medios, etc.. y aunque el ocio es un componente esencial para nuestras vidas, me pregunto de donde sacaremos tanto tiempo para él. Y otra pregunta, si estamos jugando en el autobús, en el parque, en el coche, etc… ¿nos quedará ‘batería’ –en todos los sentidos- para jugar en casa? Después, ¿verdaderamente dispondremos de tanto tiempo libre? ¿Estamos hablando de entretenimiento o la asfixia por entretenernos? Diría que el ocio posiblemente cobre cada vez más vida por el vacío y herida dejada por la crisis, convirtiéndose en la gran evasiva para olvidar. Cada vez desearemos un ocio menos espaciado en el tiempo pero más intenso, pero de ahí al ocio permanente todavía queda mucha distancia.


En segundo lugar y una consecuencia bastante crítica. Me gustaría dar buenas noticias y decir que está capacidad de multitarea nos llevaría a decir ‘Sí’ a la inteligencia colectiva y múltiple, pero creo que estamos más cerca de sufrir una gran disfunción en nuestra capacidad de concentración, o mejor dicho, estamos sufriendo una distracción constante derivada de nuestra existencia digital. Nicholas Carr, uno de los grandes pensadores en esta era digital, se percató, hace unos años, de que su capacidad de concentración había disminuido, de que leer artículos largos –como este- y libros se había convertido en una ardua tarea precisamente para alguien como él licenciado en Literatura que se había dejado mecer toda su vida por ella, comenzó a preguntarse si la causa no sería precisamente su entrega diaria a las multitareas digitales: pasar muchas horas frente a la computadora, saltando sin cesar de uno a otro programa, de una página de Internet a otra, mirando Facebook, mientras hablamos por Skype, contestamos a un correo electrónico, ponemos un link, y ahora, mientras jugamos.


Carr realiza una llamada de atención respecto a lo que está en juego: “el pensamiento lineal, profundo, que incita al pensamiento creativo y que no necesariamente tiene un fin utilitario. La multitarea, instigada por el uso de Internet y otros elementos, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información”.


En tercer lugar, me pregunto si llegaremos a saber diferenciar cuando jugar de forma social y colectiva y cuando hacerlo de manera individual, ¿en qué nos convertiremos? Si tendremos posibilidad de ‘ociarnos’ y jugar en cualquier lugar, ¿perderemos la posibilidad de jugar en grupo, con nuestro entorno, o seremos más egoístas o tal vez más competitivos? ¿Asociaremos como la única antítesis del aburrimiento el videojuego?


El propio J.G. Ballard decía que “el futuro será aburrido”, no lo creo. Alternativas de ocio tendremos muchas, pero como dice Manuel Cuenca, director del Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto, “aunque las tecnologías formarán parte de nuestro ocio del futuro, no lo olvidemos, la clave de la vivencia de ocio está más allá de los objetos, está en nosotros mismos.” Sabia afirmación. Diría que la clave estará en hacer del ocio un ocio inteligente y responsable. No me preocupan los recursos, ahora me preocupa el uso de dichos recursos. Deberemos diferenciar y evitar entrar en la inercia de quién decide por nosotros en qué nos entretenemos, otra cosa será en qué deciden los principales actores como Apple, Sony o Nintendo en qué quieren que nos entretengamos. Nosotros tendremos que decidir si queremos ser una oveja fuera del rebaño. ¿Está preparado?


“El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos,” William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico.

martes, 11 de enero de 2011

PREDECIR




Esta mañana leía en la sección de Mi Negocio de Expansión, como la ley antitabaco previsiblemente provocará un descenso de ingresos en el sector hostelero del 20%. Para amortiguar la caída, algunos locales han instalado estufas en el exterior.


Lo sorprendente de la noticia, no es que a final de 2010 los vendedores de estas estufas comúnmente llamadas setas, hayan visto un incremento en sus ventas entre un 300% y 400%. Hasta aquí todo correcto. Lo curioso del caso es que los distribuidores afirman haberse visto desbordados por una demanda “repentina”. Me pregunto, ante una ley que se conocía hace meses, que existe en ella de repentina. Haciendo un simple escenario futuro o haciendo servir el menos común de los sentidos que es el sentido común, no me llego a imaginar en primer lugar que los que antes acudían al mismo bar ahora dejen de fumar repentinamente, o que en según qué ciudades españolas con temperaturas cercanas a los cero grados, se dedicaran estas personas a estar justo en la puerta de las cafeterías, de pie y fumando, sin plantearse sentarse.

Seguro que uno de mis escritores preferidos, Quim Monzó, podría hacer mil escenarios satíricos más de los aquí descritos. Repentino puede ser que te caiga una maceta en la cabeza o tengas un accidente de coche que te impida ir a la presentación de tu vida. Me atrevería a decir que incluso la crisis del sector de la construcción era menos repentina que la de las famosas estufas.

Parte de este ‘problema’ por denominarlo de alguna forma, prefiero pensar que recae en la falta de predicción –¿es obvio, no?- Ahora bien, ¿el ser humano está acostumbrado a predecir? Aquí surgen diferentes tesis, una de ellas, la encontramos en el libro de 1995 de Peter Schwartz, The Art of the Long View: Planning for the Future in an Uncertain. En él menciona que dos neurobiólogos, los doctores William Calvin y David Ingvar, identificaron la parte del cerebro humano que permite predecir. Según comentan, esta parte próxima a los centros de lenguaje permite prever y planificar eventos futuros. A diferencia de otros animales cuya planificación es hormonal y conducido por los patrones estacionales, el cerebro humano es "capaz de planificar las próximas décadas, capaz de tener en cuenta las contingencias extraordinarias mucho más irregular que las estaciones"


Si fuéramos honestos, a la mayoría de nosotros no nos importaría confesar que tenemos parte de curiosidad con respecto al futuro. Y por lo visto no estamos solos. Anecdóticamente, los autores Barnett y Johnson comentan en World Christian trends que más de mil millones de personas piensan alrededor de "la astrología u otros aspectos de la adivinación", con el objetivo de ‘echarle’ un vistazo al futuro.


Aún así, es más deseo derivado de la curiosidad, que un prepósito para integrar en nuestras vidas. Y si no y como ejemplo, ¿por qué concentramos la mayoría de nosotros las compras navideñas en las dos semanas previas a la propia festividad cuando tenemos todo el año para planificarlas, incluso a un precio inferior? No deja de ser absurdo.

El miedo a pensar-reflexionar es latente, es como si temiéramos encontrarnos alguna cosa no deseada, como si enfrentarnos a nuestro futuro yo nos atormente. Nuestro diálogo interno, el de nuestra mente siempre se encuentra más placentero con la inmediatez.

Siempre he dicho que las pocas personas que dedican tiempo a pensar y que desean hacerlo de forma metódica, siempre lo dejan para el viernes, después se les acumula el trabajo de la semana y deciden aplazarlo nuevamente, así sucesivamente, hasta que nunca encuentran ese espacio necesario para reflexionar, la inercia los arrastra –sucede lo mismo con las lecturas pendientes, un consejo: si pasado dos meses no ha leído los documentos, tírelos-. Algunos lo intentan evadiéndose a monasterios o lugares teóricamente propicios para la relajación y la reflexión, pero el gran maestro Picasso lo decía muy claro cuando le preguntaban cómo le llegaba la inspiración: “No sé cuando me llega, lo que sí sé, es que siempre me coge trabajando.”

Por no entrar en el conflicto y confusión de la inspiración vs. predicción (aunque recomiendo entrar en la World Future Society y en su magazine The Futurist y descubrir qué predicciones vienen por inspiración), prefiero centrarme en una conversación mantenida por el ‘gurú’ Gary Hamel con un Director General y publicada en su libro Leading the Revolution, : “Solía dedicar la mayor parte de mi tiempo preocupado por el “cómo”: cómo hacíamos las cosas, cómo operábamos o cómo conseguíamos eficiencia. Ahora dedico casi todo mi tiempo preocupado por el “qué”, qué oportunidades perseguir, qué colaboraciones crear, qué tecnologías avalar o qué experimentos desarrollar”.


Si lo trasladamos a nivel empresarial, en el momento en que una empresa haya arrancado un 5% de eficiencia del ”cómo”, otra ya habrá inventado un nuevo “qué”. Inventar nuevos qués, ésa es la clave para defenderse en este feroz revolución. Por lo tanto, ‘toca’ pensar. En este nuevo régimen, la riqueza proviene directamente de la innovación, no de la optimización; es decir, la riqueza no se obtiene perfeccionando lo conocido, sino explotando imperfectamente lo desconocido.


Y cuando digo ‘pensar’ o ‘predecir’, no lo estoy haciendo como un ejercicio único y destinado a los white-collar semejantes al caso anterior. Hará una semana aproximadamente, TV3, la cadena autonómica de Cataluña, publicaba que una vendedora de verduras gana un concurso de ideas innovadoras. El concurso, lanzado por una asociación de jóvenes empresarios, fue ganado por Loli Rodriguez. Y se preguntarán, ¿quién es Loli Rodríguez? ¿Qué tiene de diferente? Más allá de que todo el mundo puede, más tarde o más temprano tener una buena idea, lo que destaca del personaje y lo que me sorprendió y fascinó de la entrevista realizada, es su disciplina diaria por dedicar un rato a pensar qué problemas pueden tener solución. Un hábito como hemos comentado que muy pocas personas tienen.


Posteriormente a la noticia, y ante la pregunta de un directivo inquieto por conseguir que su equipo innove, le respondí que tal vez si pusiera varias Lolis Rodriguez en su oficina tendría el inicio de una solución. Posiblemente, lo distribuidores de las estufas, también la deberían incorporar.

“Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.” Confucio, Filósofo chino

viernes, 31 de diciembre de 2010

DIEZ TENDENCIAS DE INNOVACIÓN QUE NOS DEJA EL 2010



Estamos llegando al final del 2010 lo mismo que al final de una década. Es momento de resumen de los últimos años así como predicciones para los venideros. Mi amigo Mark E. Atkins, presidente de la consultora estadounidense Invention Machine, estableció en un artículo publicado el pasado 16 de diciembre, diez tendencias pronosticadas en el 2010 para los próximos años en materia de Innovación. Todas ellas provienen de conversaciones realizadas con responsables de estrategia y de I+D+i de empresas líderes de diferentes sectores y repartidas por todo el mundo, teniendo así la oportunidad única de conocer los desafíos - tanto internos como externos - que las empresas globales se enfrentan en relación con la innovación. Parte de sus conclusiones le llevan a pronosticar el 2010 como el año de la Nueva Economía de la Innovación.



Aunque vivimos en un mundo global, he preferido adaptar algunas de dichas predicciones a nuestro entorno local, ya que en muchos aspectos todavía nos alejamos mucho de la cultura americana, así como plasmar el resultado de algunas conversaciones que he mantenido en estos cuatro últimos años con directivos y consultores vinculados de alguna manera con la innovación, lo mismo que me he permitido unificar predicciones por ser reiterativas, reforzar cada una de ellas y añadir dos más que considero que pueden tener un gran impacto. El resultado es el siguiente:

1. En el 2010 dará comienzo la década de la Innovación. La aparición de BIC (Brasil, India, China) en la economía global de innovación.

Los Juegos Olímpicos de Innovación han comenzado a nivel mundial - las empresas así como los países están compitiendo por la supremacía en esta carrera de la innovación en la década de 2010. Se trata de una década crítica y las estrategias y acciones nos van a impactar casi con todo seguridad para los próximos cuarenta años. Lo que sí es cierto es que el panorama de la innovación está cambiando. Así lo sugieren una serie de estudios de innovación e informes recientes de la talla de Goldman Sachs y el Boston Consulting Group (BCG), entre otros. Mientras que los EE.UU. y Japón mantienen su posición de liderazgo en la innovación de la ciencia y la tecnología, los nuevos jugadores emergentes actúan con mucha rapidez, ejemplo de ello lo tenemos con China a la cabeza. Según un nuevo informe del Boston Consulting Group, las ciudades con mercados emergentes (hay más de 700 ciudades con una población de medio millón o más, todos creciendo a tasas muy por encima del promedio mundial) representarán el 30 por ciento (más de 2.6 billones de dólares) del consumo privado mundial en 2015 - que representan un cambio significativo en el panorama de la innovación mundial-.

Por otra parte, en el último informe anual realizado por Bloomberg Business Week y la misma BGC donde ofrecen el ranking de las 50 empresas más innovadoras del mundo, se ha producido un gran cambio: desde 2005 que se lleva realizando el estudio, es la primera vez que del top 25, la mayoría de las corporaciones son de fuera de EE.UU. La razón: los nuevos líderes mundiales provenientes de Asia.



La aparición de las empresas de estos países BIC -, así como los propios países – lleva a la necesidad de adoptar medidas rápidas para analizar y definir los planes de crecimiento para los mercados emergentes para ser servido, ahora y en el futuro. Muestra de algunas innovaciones potentes procedentes de BIC las tenemos en Exceptionall, el número de noviembre de la newsletter de Trendwatching que nos muestra 50 innovaciones de países como China, Brasil, India y otros países emergentes.


2. Monetización vs cuantificación de la propiedad intelectual.

Acumular patentes por el bien de las patentes no es una medida significativa de éxito. 3M, líder mundial de patentes con más de 50.000 registros no se escapa de dicho concepto. En cambio, ¿las empresas están buscando en el valor de su propiedad intelectual? ¿Están generando ingresos a través de ello o abriendo nuevos mercados? ¿Cuáles son los rendimientos y el retorno de nuestra propiedad intelectual?


3. La obsolescencia del producto de 50-70% se producirá en 2012.



Las empresas se enfrentan a los productos - en muchos casos a su cartera completa de productos - en mercados maduros que necesitan ser reutilizados en nuevos mercados o reemplazados con nuevos productos que representan nuevas fuentes de ingresos. Por lo tanto, la renovación o reinvención de productos será clave en la mayoría de los mercados. Reinventar productos originales no implica que no se innove. Los productos nuevos y diferenciados será la principal fuente de crecimiento de los ingresos en la economía innovación. La presión por innovar ya no dependerá exclusivamente del sector.

“la renovación o reinvención de productos será clave en la mayoría de los mercados”

Hay sectores que aún se están preguntando si es necesario innovar, mientras que otros seguramente han entendido que sin innovación no hay supervivencia o existencia. Sectores como, por ejemplo, la electrónica de consumo, en los que la facturación de este año se deba en más de la mitad a lo que se introdujo en el mercado en los últimos 12 meses. Otros, sin embargo, llevan décadas sin cambiar básicamente de producto, y hasta ahora, o mejor dicho hace 1 año, no eran consciente de que existía una palabra denominada ‘innovación’. El pronóstico, algo arriesgado, eso sí, que podríamos haces, es que todos los sectores se convertirán en sectores de ciclo de vida corto, o sea, en sectores en los que habrá que innovar constantemente para introducir en el mercado los productos de los que se vivirá a corto o medio plazo.


4. El impacto del éxodo de los "Baby Boomers".


EE.UU. lo mismo que España, con un enorme porcentaje de la fuerza laboral de hoy con derecho a la jubilación, está haciendo que las empresas se enfrenten a un reto demográfico sin precedentes: el mayor volumen de negocios generacional que han experimentado. Las empresas deben actuar rápidamente para preservar y aprovechar el corporate expertise que de otro modo se perdería por desgaste, la jubilación o la subcontratación. Es necesario innovar tanto en la transferencia de conocimiento crítico como en la detección de dicho conocimiento

5. El tiempo de comercialización (time to market) - en la mitad de tiempo.


Las empresas deben reducir significativamente el tiempo que se tarda en conseguir el producto a un estado de comercialización. Acelerar el tiempo de comercialización será la clave para ganar en la economía de innovación, y más cuando muchas empresas actúan bajo una miopía innovadora: si todas las empresas de un sector están buscando oportunidades en el mismo lugar, lo habitual es que ideen las mismas innovaciones. Se copian las buenas prácticas como consecuencia de la evaluación comparativa. Por consiguiente, las empresas de un determinado sector suelen tratar de conseguir a los mismos clientes con las mismas ofertas, utilizando capacidades y procesos poco diferenciados, así que cuanto antes se introduzcan en el mercado, menos posibilidades existirán que sean copiadas.

“si todas las empresas de un sector están buscando oportunidades en el mismo lugar, lo habitual es que ideen las mismas innovaciones”

6. Desarrollar y conectar (connect&development) - la colaboración global.



En este apartado me gustaría crear dos aspectos preocupantes de cara al futuro: el que menciona Mark E. Atkins, asociado a la colaboración interna, donde la construcción de una sólida cultura de la colaboración se convierte en necesidad vital para el fomento de la innovación productiva y asociada a la palabra ‘rendimiento’, y donde las empresas deben fomentar la colaboración entre los empleados, proporcionándoles un marco de colaboración práctico que les permite conectarse sin necesidad de salir del contexto de su labor de innovación. Por otra parte, el relacionado con hacer del mundo su laboratorio. El propio término de connect&development, llevado a la práctica de forma inicial por Procter&Gamble, y que le permite tener un 35% de los nuevos productos procedentes del exterior. Problemas que tenían que resolver y que distribuyeron a través de sus redes globales de personas e instituciones para descubrir si había alguien en el mundo que tuviera una solución ya desarrollada.

Actualmente el connect&development se ha transformado en la Innovación Abierta –innovación que se genera y evoluciona a través de las aportaciones externas- o en el crowdsourcing –ruptura de la barrera entre lo profesional y lo amateur ha destapado en la red las enormes reservas de talento que, de otra manera, quizá nunca habrían tenido la oportunidad de manifestarse-.

7. Ingeniería radical vs. Ingeniería tradicional o incremental.



Las mejoras incrementales de los productos existentes para mejorar el rendimiento o reducir los costes sigue siendo una necesidad. Pero para impulsar nuevas fuentes de ingresos y competir en la nueva economía de la innovación, las empresas deben mirar a la ingeniería radical (o disruptiva) para lograr un mejor rendimiento y más competitividad diferencial de sus competidores.

8. La evolución del ecosistema de la innovación inteligente.

Hay una necesidad real para la habilitación del conocimiento para la innovación. Las empresas tienen que diseñar un ecosistema de innovación inteligente - un marco para la entrega de información precisa y crítica de una variedad de fuentes que conducen a una mayor productividad y la innovación acelerada.

Más allá de estas ocho predicciones, me gustaría detenerme en dos que considero de un mayor interés y profundidad:
9. La necesaria e imperiosa necesidad de innovar en la gestión.

La innovación adopta muchos sabores: innovación operacional, innovación de producto, innovación en estrategia y, por supuesto, innovación en management.
Pero precisamente, esta última es la menos tratada. Se innova en productos y servicios, en tecnología, pero poco en management. La mayoría de los directivos no se consideran inventores (la innovación no ocupa un lugar central en la definición del papel del directivo medio). En la mayoría de las compañías, los directivos se seleccionan, se forman y se recompensan por su capacidad de dar más de lo mismo, con mayor eficacia. Nadie espera que los managers sean innovadores, sino que conviertan las ideas de otras personas en crecimiento y beneficios. Este punto debe cambiar en los próximos años, la capacidad innovadora del capital humano de una organización debe ser medida y en consecuencia, definir la hoja de ruta y cuánta innovación se requiere. La innovación debe estar inyectada en las propias venas de la organización, y no verse como una tarea en paralelo al día a día, o un gran alarde de cara a la galería.
“En la mayoría de las compañías, los directivos se seleccionan, se forman y se recompensan por su capacidad de dar más de lo mismo, con mayor eficacia. Nadie espera que los managers sean innovadores”


10. Innovar por innovar ya no tendrá sentido
Muchas organizaciones se están haciendo propietarias de la palabra innovación. Empresas de electrónica de consumo, del sector energético o farmacéutico o incluso a nivel cosmético, hacen alarde en sus webs o anuncios de que innovan o que conviven con la palabra. El propio término de innovación ofrece un resultado en Google de 106.000.000 resultados en inglés, 15.600.0000 resultados en castellano y 1.320.000 resultados en catalán (eso sí, el fenómeno Lady Gaga ofrece 141.000.000 resultados, superando a la palabra ‘innovación’ en inglés). Innovar hoy en día ya no es sinónimo de diferenciación, sino de estar preparado para ser más competitivo.


“Innovar hoy en día ya no es sinónimo de diferenciación”

Las reglas del juego han cambiado. Ya no sirve decir que en la economía del conocimiento sólo triunfarán aquellas organizaciones capaces de innovar para generar nuevas experiencias de uso de sus productos y servicios.

Ahora es necesario que estos productos y servicios sean comprados por el cliente, más allá de un periodo inicial. La innovación únicamente es relevante si crea valor para los clientes y, en consecuencia, para la empresa. Por lo tanto, la creación de ‘cosas nuevas’ no es ni necesaria ni suficiente para la innovación empresarial. Los clientes son quienes deciden el valor de una innovación y lo hacen votando con sus ‘bolsillos’. Desgraciadamente, nos guste o no a los puristas de la innovación, la rentabilidad es el único indicador decisivo para ser innovador. Apple nos da la razón. Desde prácticamente que se fundó en 1971 viene asociada a la palabra innovación sin necesidad de que un cartel enorme lo publicite. Esto ha generado que más que tener cliente, tiene fans indiferentemente de sus productos.

lunes, 28 de septiembre de 2009

¿HACIA DONDE VA LA INNOVACIÓN?



Previamente a exponer la segunda parte de “El Management que viene”, he considerado oportuno mostrar una reflexión realizada a finales de 2006. Pertenece a un artículo que fue publicado en la revista corporativa de una multinacional petroquímica inmersa en plenos procesos de innovación en todas sus áreas, tanto comerciales, funcionales como de ingeniería. A fecha de hoy, y casi 3 años después, un directivo de la compañía me reafirmaba que había vuelto a leer el artículo ya que entonces no consideraba la innovación vital. Ahora, tal vez sea demasiado tarde, su área está teniendo tremendas pérdidas y su línea de productos se ha quedado completamente obsoleta. Me preguntaba si de lo escrito algo había cambiado, mi respuesta fue afirmativa: había cambiado su coste de oportunidad.

Aprovechando la situación, me he permitido realizar mínimas rectificaciones, el resto cada vez cobra más importancia.

“Todas nuestras organizaciones serán reinventadas –completamente- en los próximos 25 años. Todas nuestras carreras serán reinventadas –completamente- en los próximos 25 años. La seguridad en el trabajo, tal como la hemos conocido en las últimas tres o cuatro generaciones, ha muerto”. Con estas palabras, Tom Peters, gurú de la gestión empresarial, vaticinaba en su libro Re-imagine! lo que depararán los próximos años a la mayoría de las organizaciones.

El concepto famoso de que la única ventaja competitiva sostenible es aprender más rápido que tu competencia está dejando de ser un imperativo, el único nivel de competencia es ahora la hipercompetencia, un estado en el cual ya no es posible hablar de ventajas competitivas.

Todas estas afirmaciones nos hacen pensar que hoy por hoy, sentirse cómodo es suicida.

Probablemente necesitemos un nuevo modelo empresarial que sirva para la nueva economía, donde los pilares de los intangibles van tomando un protagonismo a un ritmo vertiginoso. Ya no solo nos tenemos que preparar para gestionar incertidumbre y complejidad, sino también llevar al extremo el concepto que nuevamente imperará y será el factor diferencial por excelencia: innovación en estado puro.

El ‘dulce’ viaje hacia la innovación

La propia definición etimológica de la palabra lo dice muy claro: proveniente del latín innovare, que significa acto o efecto de innovar, tornarse nuevo o renovar, introducir una novedad. Alterar, cambiar, mudar, modificar, transformar, transmutar, variar, corregir, rectificar. ¿Cuántos de estos verbos introducimos en nuestras organizaciones?

Me gustaría equivocarme, pero más allá del verbo ‘modificar’ o ‘rectificar’, el resto se queda simplemente en la definición, difícilmente en la acción.

Todos hablan de ‘innovación’, pero verdaderamente son pocos los que conocen el verdadero valor y significado de la palabra. Según una encuesta realizada por la compañía FutureThink –que elabora un ranking anual de empresas innovadoras- las cuatro definiciones más puntuadas son:

· Algo nuevo/único
· Que crea cambios o transformaciones
· Dirigido a una necesidad o a generar valor
· Relacionado con la creatividad

Creo que ninguna de ellas se acerca realmente al significado, me quedo con 13 definiciones –a modo de decálogo- que considero deberían ir cogidas de la mano:

Nº 1: Innovar es disponer de pensadores creativos y de alquimistas de la innovación. El pensador Charles Handy nos lo menciona claramente en su libro The Hungry Spirit: “Son personas capaces de producir algo de la nada. Su lucha no es con la naturaleza sino contra la hegemonía de las prácticas establecidas”.


Nº 2: Innovar es tener un clima que fomente continuamente la innovación. Innovar es percibir un WOW entre los profesionales de una organización, es hacer que la frase de Kevin Spacey comenta interpretando a Lester Burnham en American Beauty sea una realidad: “es genial comprobar que todavía tienes la capacidad de sorprenderte a ti mismo, hace que te preguntes qué otras cosas puedes hacer que te habías olvidado”.

Nº 3: Innovar son ideas rompedoras, que generen nuevos negocios rompedores, son nuevos productos o servicios que representen un tanto por ciento de ingresos considerables.


Nº 4: Innovar es replantearse cómo el cliente me percibe, descubrir cuáles son sus 10 necesidades más evidentes. ¿Cuántas me faltan? ¿Cómo las abordo? ¿Me he avanzado a ellas?



Nº 5: Innovar es tomar conciencia de las palabras realizadas por la ex Directora General de Google para España y Portugal, Isabel Aguilera: “la innovación viene de aprovechar la riqueza creativa de todos… para llegar a innovar tenemos que revisar los principios de partida, el conocimiento de nuestro entorno, de nosotros mismos, de nuestros hábitos y metas”.


Nº 6: Innovar es analizar qué tenemos que ver/hacer/trabajar con Apple, Google o Youtube, empresas tecnológicas ‘del momento’, pero con tripas humanas. Las tres están entre las cinco compañías que más innovan en el mundo.


Nº 7: Innovar es prepararse para la excepción. Es necesario que las personas se ‘desenganchen’ de sus propias ideas, de forma que puedan ver los problemas de siempre desde una nueva óptica. El Talmud lo deja claro: “vemos las cosas no como son, sino como somos nosotros”.


Nº 8: Innovar es fijarse en Ferran Adrià: el mejor cocinero del mundo. Analizar cómo interpreta y reinterpreta los negocios, qué considera él innovación y lo que es diversificación en toda su extensión: quienes lo detestan, lo hacen porque ha roto con todas las convicciones y proclamado unas reglas desconocidas hasta ahora.

Nº 9: Innovar es analizar la aparición de productos con los que los clientes ni siquiera soñaban. ¿Seremos lo suficientemente imaginativos? Si queremos defendernos en la era de la revolución, no podemos exprimir estrategias del pasado. Rick Teerlink, antiguo director ejecutivo de Harley Davidson, lo tenía claro: “no vendemos motocicletas: somos un estilo de vida”. Tendremos que tener a todo el mundo, desde arriba hasta abajo, centrado en la captura de las oportunidades del mañana. Tomen nota: Detección Sistemática de Oportunidades (DSO).

Nº 10: Innovar es co-innovar: trabajar con el mundo para innovar, ¡eso si que es I+D+i! Haga del mundo su laboratorio –ahora denominado Innovación Abierta-. La radical estrategia de Procter&Gamble de innovación genera en la actualidad más del 35% de las innovaciones de la empresa y miles de millones de dólares de ingresos.

Otro caso lo tenemos en el multifacético empresario Richard Branson (¿Les suena Virgin?) lanzando desde el año 2006 concursos de ideas a nivel planetario, algunos de ellos, para acabar con el problema de las emisiones de gases de efecto invernadero. Branson se comprometió a premiar con 25 millones de dólares a quien invente el sistema más efectivo para eliminar miles de toneladas de dióxido de carbono que ya están en la atmósfera.

Nº 11: Innovar es deconstruir lo que hacemos y ver la fuerza que tiene cada ‘pieza’ por separado. Utilicemos el término cogiendo como base la gastronomía: a finales de los 80 surge la deconstrucción en cocina, y su clave es modificar el aspecto, textura y combinación de los distintos alimentos para mejorar el estímulo sensorial que producen.


Nº 12: Innovar es analizar que más podríamos hacer con el know-how que tenemos, con los activos tangibles e intangibles. Ikea descubrió que podría realizar casas prefabricadas e instalarlas en…48 horas!!



Nº 13: Innovar es observar qué se hace en el mundo, e interpretar que el mundo no es fijarte continuamente en la competencia y, por lo tanto, tener miopía innovadora. Las empresas de un determinado sector suelen tratar de conseguir a los mismos clientes con ofertas poco diferenciadas. La clave es fijarse en compañías que uno nunca hubiera pensado en observar/comparar.

Sé que está pensando, y la respuesta es que ¡nunca es el mejor momento para innovar! Por lo tanto, ya llega tarde.